Carito Figueroa
junio 14, 2023
Beber agua de un río, una delicia o un daño.
El agua es esencial para nuestra supervivencia. Todos sabemos que beber agua de un río puede ser una fuente de vida, pero también sabemos que no lo haríamos si ese agua está sucia o contaminada. Sin embargo, ¿por qué no aplicamos la misma lógica al resto de las cosas que consumimos diariamente? Desde los alimentos que ingerimos hasta las ideas que aceptamos sin cuestionar, a menudo consumimos sin pensar en las consecuencias y sin considerar la calidad de lo que estamos recibiendo. (has observado)
El río de nuestras decisiones:
Imaginemos nuestras decisiones y elecciones como si fueran el agua de un río. Si ese río está lleno de toxinas, impurezas y contaminantes, ¿lo beberíamos? Probablemente no. Sin embargo, cuando se trata de otros aspectos de nuestras vidas, a veces aceptamos sin cuestionar o investigar lo que nos ofrecen. Ya sea la comida que consumimos, las noticias que leemos o las opiniones que adoptamos, es fundamental reflexionar sobre la calidad y el impacto que pueden tener en nuestra salud y bienestar.
No bebas todo lo que te daña:
Al igual que no beberíamos agua sucia, debemos ser selectivos con lo que consumimos. Muchos productos y contenidos que encontramos en el mercado están llenos de ingredientes dañinos y nocivos para nuestro cuerpo y mente. Desde alimentos procesados con altos niveles de grasas saturadas y aditivos químicos, hasta noticias falsas y opiniones tóxicas que nos inundan en las redes sociales, debemos ser conscientes de lo que estamos ingiriendo y cómo nos afecta a largo plazo.
No creas todo sin cuestionar:
Nuestra capacidad para discernir, analizar y cuestionar es una de las características más valiosas de nuestra inteligencia. Sin embargo, a menudo la utilizamos de manera destructiva al aceptar sin pensar o investigar lo que se nos presenta. Debemos desafiar nuestras creencias, investigar la veracidad de la información y formarnos una opinión fundamentada en conocimiento y evidencia. No debemos permitir que otros dicten nuestras creencias y acciones sin nuestro consentimiento informado.
Fluye como la claridad del agua:
Ten relaciones sanas, se claro en lo que dices, para que todo en tu vida sea diáfano.
Es decir, observa, piensa, siente y actúa con criterio.
Conclusiones:
La metáfora del agua de un río nos recuerda la importancia de ser selectivos con lo que consumimos en todas las áreas de nuestra vida. No debemos aceptar sin cuestionar, ni creer todo sin investigar. Debemos utilizar nuestra inteligencia para discernir y tomar decisiones informadas que promuevan nuestro bienestar físico, mental y emocional. Solo así podremos mantenernos saludables y evitar consumir lo que nos daña.
Frase célebre: "La sabiduría es el poder de discernir lo que es verdadero, lo que es importante y lo que es duradero." - R. Buckminster Fuller